Vinos sin Parker

Buenos días amantes del vino, durante los años en los que he podido progresar mi
paladar con la uva fermentada, hubiera agradecido que algún alma me dijera sin
tapujos que podía beber, como debía hacerlo y como adelantar esta carrera mia
con la experiencia que nunca tuve a lo hora de escoger un vino en el corte
inglés. Ahora que Paker se ha convertido un genio ilustrado al otorgar puntos
metáforicos a algún sabor a láctico o a algún olor uva pasa, voy a acercame a
aquellos que buscan algo más que un número y se quieren dejar llevar por una
impresión de tu a tu.Puntuar vinos es interesante, decir lo que piensas de
ellos satisfactorio... pero lo que te va a encantar, sin duda alguna, va a ser
probarlos!


martes, 25 de marzo de 2014

Negre Armero i Adrover 2007. Compostura no, lo contrario

Negre 2007 Armero i Adrover
Hay dos cosas muy importantes a la hora de probar vinos, la imparcialidad de la boca a la que debemos acostumbrar a no acostumbrarse a nada y el raciocinio comparativo, si tuvierais una amigo con un husky siberiano que os intenta convencer de que es muy raro que su perro sea más grande que vuestro yorkshire pensariais que la demencia le llegó o el sentido común se le fué. Lo mismo pasa con los vinos, comprad lo que más os guste pero no compareis, ya que los vinos como las personas los hay mejores y peores pero todos merecen ser conocidos, repetir ya es otra historia. Hoy abrimos una botella que se nos olvidó y que el tiempo protegió. LLena la copa un color muy maduro, con un 30% de rojo, un 60% de negro y el resto de un rubí que rellena el ribete. Es prematuro en olores, te deja oler de la habitación de las esencias rodajas de fruta negra que dejaron macerar varios trasiegos, los chocolates que apuestan por la picaresca en lugar del azúcar, con especies más exóticas que las comunes. La habitación está cargada de aromas ,pero la puerta solo cede dos rendijas, para llegar entrecortados. En boca expresa lo que tiene, la Merlot en este caso es la que carga, la que propone fruta muy densa, paso estructurado y cacaos más redondeados por la francesa donde el final daría sabor de medio plazo sin aspavientos; pero aún queda el ingrediente autóctono para exigir un trago más serio, la Callet rompe el molde de lo idílico con una acidez justo antes del final, toques más verdosos de rama, eboca a madera más nueva; siendo el 80% del trago muy fácil y el resto un sazón de lo autóctono, de lo que se cría entre el Pla i LLevant y el Bodeguero Luis Armero. Son vinos que siempre salen movidos en la foto porque no saben quedarse quietos, por 6,50 € podéis ver como las uvas se relevan para hacer que la compostura exista, pero solo un rato. CÓMPRALO AQUÍ.

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